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Elecciones en Guatemala: el dinero y la sangre
Publicado por Raimon Obiols | 28 Agosto, 2007
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Marta Cristina Montenegro, de 14 años, hija de Héctor Montenegro, candidato a diputado para el partido UNE (Unidad Nacional de la Esperanza) en las elecciones de Guatemala del próximo 9 de septiembre, fue encontrada muerta, la madrugada de antes de ayer, junto con dos otros cadáveres: degollados, amordazados y atados de manos y pies. La hermana de Marta Cristina, Nineth Montenegro, es también candidata por Encuentro por Guatemala-Winak, el movimiento que presenta Rigoberta Menchú a la presidencia de la república. Una veintena de candidatos y militantes, de la UNE y de los otros partidos, han sido asesinados durante la campaña. La violencia es en Guatemala el pan de cada día: más de cinco mil asesinatos en el último año, un índice de 16 muertes por día. Hay quien dice que se trata de cifras superiores a los de la guerra civil que asoló el país durante tres décadas. Los acuerdos de paz no han conseguido acabar con esta tragedia inacabable. Guatemala sigue sumida en la pobreza, la inseguridad y una impunidad que es la norma.
Un día antes de estos últimos asesinatos se publicaba una encuesta que situaba en cabeza a Álvaro Colón, de la UNE el 22% y a Otto Pérez Molina, del Partido Patriota el 17,5%. (Colón se define como socialdemócrata y Pérez Molina, ex-general, representa una opción de «ley y orden»). En tercer lugar aparece Alejandro Giammattei, de la Gran Alianza Nacional (GANA, el partido hoy en el gobierno), con el 7,67%, seguido por Eduardo Suger, del Centro de Acción Social, con el 5,4%, y por Rigoberta Menchú, premio Nobel de la paz, candidata de Encuentro miedo Guatemala-Movimiento Indígena Winaq, con el 4,13%. Los expertos dan por probable una segunda vuelta para la elección presidencial, que se celebraría el 4 de noviembre.
En el acto central de su campaña, en la capital, Rigoberta Menchú afirmó ayer que «las elecciones en Guatemala son un mercado». Es cierto: en ausencia de un sistema de partidos, con una izquierda totalmente fragmentada, el clientelismo, la corrupción y el transfuguismo son fenómenos permanentes de la política, y el mercado (el dinero) y el miedo (la violencia) se imponen. Dijo Menchú que habían hecho «una campaña pacífica, en la que hemos dado el ejemplo de que podemos hacer frente a los problemas desde la desigualdad profunda de Guatemala, desde la extrema pobreza de la gente de Guatemala, y con eso buscamos que la población vaya a votar y derrote a la violencia». Sin embargo, añadió, «lo único que nos ha faltado es tiempo y recursos económicos» en unas elecciones que «son como campañas publicitarias en las que los políticos con más dinero pueden recoger más votos, a cambio de prebendas».
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