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En recuerdo de Maria Aurèlia Capmany: Por un nuevo compromiso colectivo
Publicado por Raimon Obiols | 19 Octubre, 2011
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Decía Maria Aurèlia Capmany: “No me identifico con este intelectual titubeante entre el riesgo del compromiso y el deseo de absoluto, eterno adolescente, que huye ante el compromiso que le acerca a la realidad de la existencia. Para mí, son más importantes las circunstancias de la vida, por ambiguas, contradictorias, incómodas que sean, que el deseo de absoluto“.
Es la actitud inversa a la de los intelectuales que habían permanecido encaramados a su inmaculada torre de marfil durante la apoteosis del fascismo en Europa. Y es una actitud que, en su caso, no se deslizó tampoco hacia el extremo contrario, donde habían caído algunos intelectuales “comprometidos” en la posguerra mundial: la pérdida de sentido crítico ante el estalinismo, es decir, el “compromiso” que se supedita al dogma y que anestesia la conciencia.
Lejos de todo absoluto -donde se incuba siempre, por activa o por pasiva, el huevo de la serpiente-, el compromiso colectivo de la ciudadanía es hoy una necesidad imperiosa. Estamos en un nuevo e inédito contexto de alcance global que tiene, sin embargo, viejas y temibles resonancias: profunda crisis del capitalismo, predominio de las respuestas de derechas, gravísimas consecuencias sociales, reacciones xenófobas, populismo antipolítico y antidemocrático …
El movimiento de los “indignados” y la amplia solidaridad ciudadana que ha desvelado, así como su proliferación global, es, en cambio, una prometedora novedad.
Es la constatación, una vez más, que la injusticia desvela invariablemente una revuelta y una exigencia colectiva que quiere y anuncia un mundo en el que la dignidad humana no sea escarnecida.
Es necesario que el sistema democrático y sobre todo las formaciones de izquierdas estén a la altura tanto de la gravedad del momento y de los peligros que conlleva como de la nueva y vieja esperanza que nace; que estén a la altura de unas nuevas generaciones más preparadas que nunca y que, en consecuencia, son más exigente que nunca. Es necesario que, juntos, seamos capaces de avanzar hacia un NUEVO COMPROMISO COLECTIVO.
Un compromiso que debe comportar:
1. La reforma del sistema democrático, para que sea más transparente, más limpio, más cercano y accesible, más participado por la ciudadanía, con las nuevas posibilidades democráticas que las nuevas tecnologías permiten y con la introducción de mecanismos de autogestión ciudadana.
2. La regulación democrática de la economía global, mediante el establecimiento de las instancias democráticas globales que lo han de hacer posible, entre las que una Unión Europea fuerte y solidaria, así como una concertación global entre las uniones continentales y los países emergentes, dispuesta a embridar las finanzas globales ya poner la economía al servicio de la humanidad.
3. Una Cataluña de nuevo pionera, avanzada de las mejores causas humanas, capaz de integrar la diversa mayoría del pueblo en un mismo proyecto de ciudadanía, libertad y justicia; una Cataluña con un pleno autogobierno y con su lengua definitivamente salvada; una Cataluña libre, federativa, europeísta y altermundista.
Esto nos debe permitir avanzar hacia ese otro mundo que queremos y que sabemos posible: un mundo reequilibrado, sin hambre y en paz, respetuoso con el medio ambiente y sostenible, cada día más democrático, culturalmente diverso, con mujeres y hombres iguales y libres, responsables, austeros, capaces de felicidad.
NOU CICLE
Octubre de 2011
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