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Hay alternativa en Europa?
Publicado por Raimon Obiols | 14 Febrero, 2012
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En Grecia las cosas están que soplan. Hay un rasgo común en las declaraciones de los manifestantes que veo en la tele: una mezcla de indignación y fatalismo. Hay que salir a la calle porque esto es insoportable, dicen, pero añaden a continuación que no creen que haya ninguna alternativa, ninguna esperanza de futuro. Esta combinación de revuelta y desesperación es el caso extremo de un fenómeno que tiende a darse hoy en toda Europa. Como si el TINA (“There is no alternative”, “no hay alternativa”) de la señora Thatcher se hubiera impuesto irremisiblemente.
En nuestro país también tiende a pasar. Se multiplican las protestas por los recortes, se contemplan con angustia la colusión y los pactos del gobierno de CiU con el PP (esta madrugada parece que han acordado los presupuestos para el 2012), se temen las consecuencias inevitables (en términos de multiplicación de expedientes de regulación, despidos y aumento del paro, descenso de los salarios y precariedad), como efecto de la contra-reforma laboral que acaba de iniciar la derecha española.
Todo el poder a los poderosos? Si pensamos en la situación actual (un contexto de prepotencia de la derecha política y social y de interrogantes y dispersión en el campo de las izquierdas) no faltan motivos por el pesimismo. Ahora: una izquierda centrada exclusivamente en la insatisfacción, en la decepción permanente, en la exigencia idealizada, no nos sacará del agujero.
Los árboles nos pueden hacer perder de vista el bosque. Las contradicciones del período actual son tan formidables que el surgimiento de nuevas alternativas democráticas de progreso se producirá indefectiblemente. Convendrá, entonces, no equivocarse. Dos errores, en especial, se deben evitar. El primero es el relativo al ámbito de las políticas: una inflexión hacia nuevas políticas de progreso deberá tener forzosamente, prioritariamente, un carácter europeo. El segundo hace referencia a la cuestión capital de la propia dinámica de las izquierdas, de los compromisos, de la unidad. La división nos llevaría a un callejón sin salida.
En estos momentos en Francia, Alemania e Italia están en curso procesos políticos interesantes. En estos países, la posibilidad de cambios de mayoría parlamentaria no es una hipótesis remota, algo al alcance, anunciado por las encuestas. François Hollande puede ganar en Francia, y en 2013 puede haber una mayoría SPD-Verdes en Alemania y una inclinación hacia el centro-izquierda en Italia. Estas alternativas en gestación, que cambiarían el curso de las políticas de la UE, presentan la doble característica de hacer propuestas prioritariamente europeas, y de agregar fuerzas políticas de progreso en dinámicas unitarias. Hay que estar atentos.
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