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La buena política es la que une
Publicado por Raimon Obiols | 8 Julio, 2010
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“En cuanto a los recuerdos nacionales, los duelos son mejores que las victorias, porque imponen deberes, impulsan al esfuerzo común”: estas palabras de Ernest Renan me han servido en alguna ocasión para responder a amigos no catalanes que me pedían por qué en nuestro país hemos hecho del Once de septiembre nuestra fiesta nacional.
“Esfuerzo común”, aún hoy. El presidente de la Generalitat, José Montilla, se ha comprometido a liderar la respuesta catalana ante la sentencia del Tribunal Constitucional: “El cumplimiento íntegro del Estatuto chocará con resistencias e incomprensiones. Pero nada impedirá que convirtamos en hechos nuestra voluntad de autogobierno”. Interpretando un deseo mayoritario de la sociedad catalana, Montilla ha pedido también que los políticos catalanes se dediquen a resolver problemas, y no a generar.
En política hay siempre dos tipos de enfoques básicos. Los que buscan estrategias de unión y los que tienden a dividir, a confrontar. El presidente Montilla se ha ganado un crédito porque practica con discreción, pero con tenacidad y firmeza, el primero de estos enfoques. Sería espantoso que le hicieran víctima de confrontaciones y afanes electorales. La buena política es la que une.
La unidad, que no siempre es necesaria, en algunos momentos es inexcusable. Ahora es uno de esos momentos. Ante la sentencia provocadora del Tribunal Constitucional, el riesgo inmediato no está en Madrid, está en Cataluña: un riesgo de división, fragmentación y descomposición. La derecha española espera que en Cataluña la sentencia produzca un efecto de confrontación exasperada entre los partidos y de dispersión creciente de la ciudadanía. Lo quiere por motivos tácticos y fundamentales. Tácticamente, el electorado catalán es el bastión que hoy por hoy impide un gobierno del PP. Desde un punto de vista más fundamental, el nacionalismo de la derecha española quiere frustrar toda perspectiva de afirmación catalana y de reforma plurinacional del Estado. Por un motivo y por el otro, la derecha española pretende romper los consensos básicos de la sociedad y de la política catalana. Nadie desde Cataluña les debería hacer el juego.
Los partidos y las organizaciones sociales deben garantizar la unidad de todos para recuperar totalmente el contenido del Estatut que el pueblo de Cataluña votó en referéndum. Necesitamos la unidad en torno al President de la Generalitat y de nuestras instituciones y representantes democráticos. Quien vulnerase esta exigencia asumiría una gravísima responsabilidad, porque la unidad es la condición imprescindible para defender con eficacia lo que nos quieren negar. Esta no es sólo una exigencia para los próximos días. Lo es también con respecto a una estrategia nacional para los próximos tiempos. Lo decía Nicolau d’Olwer: “Cataluña dividida no puede ganar”.
Raimon Obiols
Publicado en
- Avui Catalunya 08-07-2010 Página 6
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