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Obama lo ha conseguido
Publicado por Raimon Obiols | 22 Marzo, 2010
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“Sí, han hecho historia”, ha titulado el Washington Post a la hora de comentar la aprobación, ayer, de la nueva legislación estadounidense sobre los seguros de enfermedad. Después de muchos y muchos meses de negociaciones, Obama ha ganado, mostrando una fuerte capacidad de liderazgo. Durante el último año, había sido brutalmente atacado por los mismos que han obstaculizado hasta el último minuto sus propuestas. Su imagen había sido cada vez más combatida por la derecha, que le acusa no sólo de “socialista” sino de irresoluto e ineficaz, de ser incapaz de cumplir sus propuestas. En el largo trámite parlamentario, la Casa Blanca y el partido demócrata tuvieron hace unos meses una derrota espectacular en Massachusetts, donde un republicano ganó de manera clara el escaño que había quedado vacío con la muerte de Edward Kennedy. Este largo proceso de debate sobre el sistema de salud había erosionado significativamente la fuerza inicial del presidente estadounidense.
Ahora la recupera. El liderazgo se demuestra con la capacidad de conseguir los objetivos propuestos, y Obama lo ha conseguido. Ha sido ayudado por la demócrata Nancy Pelosi, la speaker de la Cámara, la primera mujer que ocupa el tercer cargo del Estado, pero él es el presidente que ha conseguido hacer pasar una legislación que reforma en profundidad la sanidad de su país, incorporando la salud como un derecho universal. No es poca cosa: permitirá integrar 36 millones de ciudadanos en un sistema de salud que los excluía, y eso tiene un valor político extraordinario.
Ha sido una victoria contra la derecha y contra un conjunto poderosísimo de fuerzas que se oponían a las reformas: las compañías de seguros de enfermedad, que pretendían mantener su monopolio, el lobby de las fuerzas del dinero, que ha dedicado cientos de millones de dólares para conseguir que los republicanos y una parte de los demócratas se opusieran a las reformas. Uno de sus argumentos era su coste, pero en realidad los gastos de salud representan actualmente el doble del promedio de los países europeos. En el fondo, el combate ha sido entre los que consideran la salud como un derecho y los que la ven como una mercancía.
Es, incuestionablemente, una gran victoria progresista. Basta imaginar qué habría ocurrido si esta legislación no hubiera prosperado. Es una buena noticia para el pueblo estadounidense, pero también para nosotros.
La agenda que el presidente estadounidense y los demócratas tienen por delante no es fácil: la crisis, la inmigración, el medio ambiente, la reforma de la legislación financiera, dos guerras, una deuda pública considerable … Pero esta victoria legislativa de ayer cambiará la dinámica de las elecciones legislativas del mes de noviembre, porque se ha restablecido una confianza. Los republicanos no podrán ya jugar la carta de la ineficacia de la administración demócrata. También se acaba el mito del consenso supra-partidario. Son dos visiones diferentes del futuro que se enfrentan ahora en la opinión norteamericana. En la medida que el factor decisivo es la abstención, este retorno de empuje y confianza es una muy buena carta por los demócratas. Ojalá la jueguen con acierto.
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