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Memoria de Pujol
Publicado por Raimon Obiols | 20 Octubre, 2009
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No he leído el segundo volúmen de las memorias de Jordi Pujol, pero he visto que me menciona, y no demasiado bien (es lo menos que se puede decir). Dice Pujol, según reproducen algunos medios:
“A partir del momento en que Calvo Sotelo tuvo que formalizar la petición de ingreso en la OTAN, la oposición de izquierdas se hizo muy virulenta. [… En un debate que mantuvo con Miquel Roca y Joaquim Molins, Raimon Obiols, el líder del PSC, llegó a decir: “Estos señores de CiU están dispuestos a permitir que los misiles de la Unión Soviética amenacen a nuestros Jordis y nuestras Núrias “. Estas palabras me hicieron mucho daño “.
No diré que este fragmento de las memorias del ex presidente me ha hecho mucho daño, porque exageraría. Pero, francamente, no me ha gustado. No me habría gustado ni siquiera si esta cita textual que Pujol hace de mis palabras fuera mínimamente aproximada. Siendo, como es, una cita totalmente falsa, comprenderéis que me haya desagradado profundamente. A lo largo de mi vida he dicho sin duda algunas tonterías, y el que no esté en mi caso que me lo comunique. Pero ésto que Pujol pone literalmente en mi boca, yo no lo he dicho nunca. Expresiones como “estos señores de Convergencia” o apelaciones más o menos demagógicas a los Jordis i Núrias no forman parte de mi estilo, como pueden atestiguar los que han tenido la santa paciencia de escucharme a lo largo de mis años de vida pública.
Pero es que, además, recuerdo bien aquel debate del 26 de octubre de 1981, en el que por cierto participaba también (Pujol lo olvida) Josep Verde i Aldea. Fue una discusión muy animada. En ningún caso dije nada de lo que Pujol dice que dije. En un momento dado, dije (lo reproduzco de la hemeroteca de La Vanguardia) que “por nosotros y nuestros hijos queremos que CDC cambie de opinión”, no dando apoyo a la decisión de Calvo Sotelo de entrar abruptamente en la Otan (secuelas del 23 – F!). De esta frase a la que “cita” Pujol hay, me parece, una distancia sideral.
Hay algo desagradable que en política se hace demasiado a menudo: deformar las palabras de los adversarios, o inventárselas. Es lo que hizo Miquel Roca, días después del debate, dando a la prensa una versión malvada de mis palabras, que Pujol ha creído conveniente utilizar ahora, él sabrá por qué. Aquello sí me dolió, lo reconozco: pensé incluso en acudir a los tribunales. Días después, me encontré, en el quiosco de prensa de la Plaza de Sant Jaume, con Joaquim Molins, que me dio la razón pero se negó a decir nada en defensa mía, por razones obvias: ese año, en medio del derrumbe de la UCD, ingresó en CDC. Giré página.
La volvió a abrir Pujol en una rueda de prensa reseñada en La Vanguardia del 1 de marzo de 1986, donde añadió, a lo bruto:
“Me gustaría saber por qué el señor Obiols dijo hace tres años que la Otan representaba la muerte de los niños y niñas de Cataluña. Recuerden. Dijo que los Jordis, las Montserrats, las Núrias sucumbieron bajo los misiles de la guerra “. Aquí ya se añadieron las Montserrat.
Citar, después de casi treinta años y entre comillas, aquellas pretendidas frases que Roca me endilgó sin escrúpulos, en el libro de memorias de un expresidente de la Generalitat (un texto destinado – es un decir – a ser un documento de referencia) … Es, no sé cómo decirlo, algo que merecería calificativos que no quiero utilizar.
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