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“Morir por la raíz cuadrada”
Publicado por Raimon Obiols | 19 Junio, 2007
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A finales de mayo, el primer ministro polaco, Jaroslaw Kaczynski, afirmó: “Estamos dispuestos a morir por la raíz cuadrada”. Se trata probablemente de una exageración, pero lo cierto es que el gobierno de este país muestra hasta ahora una actitud inflexible con respecto a la exigencia de replantear los criterios para fijar los votos de los que dispondrá cada país en el Consejo europeo.
Polonia rechaza los sistema de adopción de acuerdos por mayoría calificada en el consejo (55% de Estados y 65% de población) que cree que beneficia a Alemania en detrimento de Polonia, y propone atribuir el número de votos en función de la raíz cuadrada del número (en millones) de habitantes de cada Estado. Con eso su peso relativo no aumentaría, pero en cambio conseguiría que el de los cuatro Estados más poblados (especialmente Alemania) se redujera significativamente. El gobierno polaco está solo en este asunto, con un tibio apoyo de la República Checa.
De hecho, en junio de 2004, los gobiernos ya introdujeron dos propuestas en el proyecto de Constitución para “tranquilizar” a Polonia y a España: la minoría de bloqueo del 36% de la población tiene que representar al menos a cuatro Estados (para no dar demasiado poder en Alemania); y una declaración adjunta resucita el “compromiso de Ioannina” que establece que cuando la mayoría calificada es muy ajustada y las condiciones por una mayoría de bloqueo se han alcanzado en unos 3?4, la discusión continuará. Esta disposición será vigente durante cinco años y después se podrá cambiar por mayoría calificada.
Eso no parece convencer a los polacos. Especialmente no parece convencer a los dos gemelos polacos. Es un problema a añadir a los que tendrán que afrontar, de aquí tres días, los jefes de estado y de gobierno en un histórico Consejo europeo.
O bien el gobierno polaco llega a la conclusión que bloquear en solitario todo el proceso puede llegar a ser un mal negocio, o se encontrará, tal vez, una solución de compromiso. Podría ser, por ejemplo, hacer permanente el acuerdo de Ioannina o convertirlo en imperativo.
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