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Una entrevista sobre Catalunya Causa Comuna
Publicado por Raimon Obiols | 12 Octubre, 2009

En la web y en el blog de Catalunya Causa Comuna me han publicado esta entrevista:
¿Qué es Causa comuna? ¿Cuáles son sus objetivos?
Catalunya Causa Comuna es una iniciativa necesaria. Al lanzarla, con un acuerdo de su último congreso, el PSC afirmaba que su misión no es sólo concurrir en las elecciones, participar en las instituciones, hacer oposición, gobernar o gestionar … Su papel esencial es la acción por una Cataluña mejor, más libre, con más igualdad y más prosperidad, más justa y más responsable. Ahora bien, esta acción, para ser eficaz, debe ser necesariamente colectiva. Esto no sólo es cosa de los gobiernos y de las instituciones: es cosa de los ciudadanos y ciudadanas, de la sociedad. Sólo los consensos mayoritarios y activos permiten verdaderamente los cambios. Por eso la función básica de Causa Comuna es facilitar, en todo el país, unos debates públicos orientados al surgimiento de nuevas propuestas, iniciativas y acciones colectivas en Cataluña. Una agenda moderna de reformas progresistas para Cataluña sólo puede ser fruto del diálogo, de la inteligencia colectiva y de la acción común de una mayoría ciudadana, en un marco de democracia y pluralismo.
Cuando un partido lleva adelante iniciativas de este tipo, la acusación de electoralismo es inevitable …
Causa Comuna es una conversación real, con debates abiertos, sinceros y serios. No es creíble un partido que dice que tiene respuestas a todas las preguntas. Las respuestas deben encontrarse a través de un trabajo colectivo de debate y reflexión. Sólo con autenticidad y eficacia pueden generar confianza e implicación. Cuando se trata de convertir las respuestas en cambios concretos, en mejoras, en reformas concretas, esta implicación común es aún más imprescindible. Es con este objetivo que queremos hablar con todos aquellos que quieran hablar con nosotros, sinceramente y sin prejuicios. En nuestros debates ha participado gente de otros grupos políticos, como CiU, ICV-EUA o ERC, de sindicatos, como UGT, CCOO, Unió de Pagesos: y sobre todo personas y grupos sin partido: desde expertos, científicos, artistas y intelectuales, a responsables de ONG, asociaciones y movimientos sociales. Por supuesto que en nuestros debates ni les hemos pedido ni le pediremos el voto: ya son bastante mayores. Lo que les pedimos es que nos digan qué piensan, para escucharlos. Y también, naturalmente, que nos escuchen. En Cataluña hay un déficit de diálogo, de respeto recíproco, de intercambio de ideas, entendimiento estratégicas en cuanto a las cuestiones comunes de nuestro futuro colectivo.
La comparación con la Casa Gran de Artur Mas es también frecuente …
La iniciativa de la Casa Gran es totalmente diferente de la Causa Comuna, tanto en los objetivos como en los métodos. La Casa Gran ha optado por los viejos procedimientos: marketing político, apariencia publicitaria, supuestos “fichajes” de gente de otros partidos… Es un proyecto, pensado para las elecciones, de apoyo a Mas: de hecho, no lo ocultan. La Causa Comuna pretende otra cosa: la revitalización democrática de la sociedad catalana, una reflexión seria sobre los grandes retos comunes que tenemos delante, la multiplicación de puntos de encuentro y de debate en todo el país, la experimentación de nuevas formas de hacer política y de entender la política. Nosotros optamos por la innovación en el terreno de la deliberación y de la intercomunicación democráticas. Queremos contribuir a generar una nueva etapa de democracia ciudadana en Cataluña, en un momento en el que hay ciudadanos que desconfían de la política y la identifican con los exabruptos, los egoísmos de partido y, desgraciadamente, los escándalos.
Hay una derecha que practica la “política de mercado”, entendida como marketing y espectáculo o, en el peor de los casos, como simple juego de poder o fuente de dinero. Esto genera un proceso de desafección y desmoralización de la ciudadanía, que los escándalos de corrupción pueden llevar al límite. Con medios modestos y con el esfuerzo común de dinamizadores y participantes, nosotros pretendemos demostrar que es posible una “política de sentido”, inspirada en los valores que nos hacen vivir y que inspiran y orientan los comportamientos de la mayoría decente de nuestro pueblo.
¿Qué balance hace de los primeros meses de la Causa Comuna?
El diseño de Causa Comuna contempla nuevos métodos y nuevas formas de participación y deliberación, tanto desde el punto de vista presencial como virtual. Es una gran conversación compartida entre todos aquellos y aquellas que quieren participar. El objetivo que nos hemos fijado es la participación de 75.000 personas en el primer año de debates. Llegaremos: los actos abiertos que vamos realizando en toda Cataluña nos hacen ser optimistas, porque cuentan con una asistencia numerosa y la participación está viva. Otro hecho es para mí significativo: todas aquellas personas a las que invitamos a intervenir aceptan de buen grado, sea cual sea su posición social, política o ideológica. En Cataluña hay una gran demanda de debate directo, serio y participativo. En cambio hay una cierta fatiga de discursos y de polémicas partidistas.
¿Cuáles son los temas que se discuten?
Actualmente, estamos trabajando sobre todo en tres ámbitos. En primer lugar, la evaluación de la situación actual de Cataluña, de sus problemas, retos y oportunidades. Esto ha implicado, como es natural, un debate sobre la crisis y sobre los cambios que se están produciendo en nuestro país: se ha discutido sobre temas de economía, trabajo, vivienda, territorio y paisaje, sostenibilidad, investigación, innovación tecnológica, etc. Hemos querido abordar también las cuestiones ligadas a la educación y a la formación, porque no sólo nos preocupa qué país dejaremos a nuestros hijos sino qué hijos dejaremos en nuestro país. Exite hoy, como hemos podido constatar, una preocupación en cuanto a la calidad, la autoridad y la eficacia en la escuela. Queremos contribuir a crear nuevos vínculos positivos de diálogo y colaboración entre todos los agentes de nuestra realidad educativa.
En segundo lugar, estamos debatiendo sobre ideas, especialmente en dos ámbitos: el futuro del catalanismo y el futuro de la izquierda en Europa. La crisis pone de manifiesto la necesidad de nuevas respuestas que puedan llegar a la mayoría que se inquieta por las violencias e inseguridades generadas por muchos años de desregulación neoliberal en el mundo, y quiere una redistribución más equitativa de las rentas y los patrimonios, una mayor igualdad de posibilidades de autorrealización y de vida, así como un conjunto de reformas efectivas hacia un modelo de desarrollo sostenible.
En tercer lugar, discutimos sobre las buenas prácticas en el terreno de la solidaridad social y de la innovación política. Se trata de compartir una reflexión sobre los bienes comunes, sobre la acción pública, sobre los procesos de deliberación democrática y de formación de consensos activos, sobre los instrumentos y las experiencias de acción en los campos de la solidaridad social y de la discusión política colectiva.
¿Cuáles son los principales problemas que aparecen en sus debates?
Un montón. Pero si tuviera que mencionar los que creo que aparecen con más intensidad y con un carácter más general, señalaríamos dos. En primer lugar, en casi todos los debates de la Causa Comuna aparece el hecho de la crisis, de sus consecuencias sociales, los retos que plantea. Muchos ven la crisis como un grave problema pero también como una ventana de nuevas oportunidades. Se trata de debatir sobre estas con una voluntad de concreción estratégica, más allá de las reflexiones rituales.
En segundo lugar, en cuanto a la situación social y política, parece claro que hay una preocupación generalizada por los riesgos de fragmentación, de anomia (de confusión social sobre las normas aceptadas), con sus consecuencias de desorientación en las personas, de individualismo exacerbado y también de inseguridad y violencia. Si tuviera que expresarlo con mi percepción personal, diría que se pone claramente de manifiesto el temor a una posible fragmentación y dispersión de Cataluña, en términos sociales, culturales y políticos.
Esto tiene un aspecto positivo: es un reto que nos interpela y que hay que afrontar, de demanda de un incremento de calidad de los referentes y de las realizaciones del país en los campos cultural, social y económico, y también político. Una demanda que se da en toda Europa, pero que toma en Cataluña una carácter específico derivado de nuestra situación concreta como pueblo. En el pasado hemos demostrado nuestra “resiliencia”, nuestra capacidad de memoria, de reacción y afirmación colectivas, de visiones e iniciativas compartidas… Estamos convencidos que ante los retos del siglo XXI, Cataluña responderá positivamente. La cuestión es no perder tiempo.
Se trata de sacar adelante una visión estratégica común del futuro de Cataluña: sobre el desarrollo futuro de nuestro autogobierno, en un cuadro de interdependencias crecientes en el mundo globalizado, la unidad civil, la solidaridad y la igualdad en nuestra sociedad, el dinamismo y la productividad de nuestra economía y la calidad de nuestra educación y de nuestra investigación, los avances y la creatividad de nuestra cultura, la preservación y la sostenibilidad de nuestro territorio y de nuestro ambiente. Esta es la Causa Comuna que nos tiene que reunir y movilizar.
Habrá conclusiones de la Causa Comuna?
Los trabajos de la Conferencia Oberta siguen a buen ritmo. Se realizan debates en todo el territorio, se ponen en común documentos, se mantiene una presencia permanente a Internet y a las redes sociales. Queremos abrirnos aún más y pedimos en este sentido la colaboración y participación de aquellas personas que tienen como denominador común sentirse responsables de Cataluña y de su futuro. A todas las invitamos a nuestros debates.
En un momento determinado nos reuniremos en una primera sesión plenaria de Catalunya Causa Comuna. Trataremos de reunir a todas las dinámicas que en torno a la iniciativa se han generado en toda Cataluña. Si hay conclusiones, una cosa tenemos clara: no constituirán un programa, porque eso es tarea de los partidos, ni tomarán la forma de una manifiesto solemne, más o menos retórico.
Lo que pretendemos producir y difundir es una agenda de problemas, de retos y sobre todo de propuestas. Si en estas propuestas hay buenas ideas, lo que esperamos, harán ellas solas su camino: las recogerán los partidos, empezando por el PSC que es el origen de la iniciativa, y también – esta es nuestra esperanza – las personas y grupos activos de Cataluña, las realidades en movimiento, la sociedad civil, el sentido común del país.
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