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Elecciones en los EE.UU.: Esperando los resultados
Publicado por Raimon Obiols | 4 Noviembre, 2008
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Mañana sabremos qué ha pasado en las elecciones presidenciales norteamericanas. Yo no me atrevo a estas alturas, a pesar de tantos datos y señales en favor de una victoria de Obama, a hacer un pronóstico (quizás por un motivo de superstición que no quiero reconocer). La verdad es que me alegraría enormemente si ganara al candidato demócrata, cosa que es probable pero lo cual no veo todavía como totalmente segura.
La campaña ha sido interesantísima, al menos por dos razones. Primera: ha sido la primera campaña electoral francamente inscrita en la era de la red, y los elementos de innovación que ha producido en el ámbito de la agregación y movilización de energías y recursos a través de internet marcan nítidamente un antes y un después.
Segunda razón: a diferencia de tantas campañas electorales que acostumbran a evolucionar hacia una confusa y ambigua “pelea por el centro”, el enfrentamiento McCain – Obama ha hecho una evolución de sentido diametralmente opuesto.
El candidato republicano empezó la carrera con un prurito de separación bastante radical enfrente de Bush y los “neocons”, y en cambio ha acabado con posiciones muy clásicamente derechistas, crecientemente determinadas – en el nerviosismo de una batalla incierta – para las estrategias, las retóricas y las propuestas más tradicionales de la derecha republicana. Obama, en cambio, que empezó la campaña acentuando las presas de posición de centro “bipartisan”, se ha movido después hacia posiciones de reformismo social que lo han devuelto a su perfil inicial de senador “liberal” (progresista).
La razón de esta evolución sincrónica hacia una confrontación más radical, o en todo caso más clara, entre los dos candidatos, ha sido, naturalmente, la crisis financiera y sus repercusiones económicas, sociales e ideológicas. De manera tal que la elección de mañana se verificará, en un sentido ancho pero no obstante muy preciso, entre la derecha y la izquierda. Que gane ésta no es cosa segura, pero es posible, y sería un acontecimiento que determinaría un cambio de época, no solo en los Estados Unidos sino en el mundo.
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