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Flandes
Publicado por Raimon Obiols | 27 Marzo, 2008
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El Ayuntamiento flamenco de Liedekerke ha adoptado un reglamento que autoriza a los responsables de los jardines de niños a rehusar la admisión de los niños que no hablen o no entiendan el neerlandés. El alcalde, Luc Wynants, del CD&V (el partido de Yves Leterme, el primer ministro belga) lo ha justificado diciendo que “cuando hace falta ocuparse de un grupo de niños y dejarlos jugar con toda seguridad, es importante que entiendan lo qué les dicen los monitores“.
Frontera lingüística, negativas en el acceso en viviendas sociales, prohibición de venta de terrenos comunales a los no neerlandófones, etcétera; y ahora segregación de los niños: los ingredientes de una nueva acentuación de la guerra lingüística están servidos, en el corazón de Europa. El corresponsal en Bruselas del diario de Paris Libération sugiere que se obligue a los francófonos a coserse un distintivo en la ropa (por ejemplo el gallo valón). Pero reproduce fragmentos de la prensa flamenca que critican el reglamento de Liedekerke. Es una historia a seguir. Hay que aprender de los otros, también en aquello que tienen de inaceptable, de intolerable.
Categorias: General, Política europea | 1 Comentario »
Marzo 31st, 2008 at 13:17
En este caso concreto, Sr. Obiols, no sabría decirle si realmente, el término “aprender de los otros” no fue ya aplicado por Liedekerke al observar la política de inmersión lingüística de la Generalitat.
Permítame que aloje mis dudas al respecto.
Cordiales Saludos.
Rog