Un grupo de diputados británicos ha presentado hoy un informe diciendo que el proyecto de nuevo “Tratado reformador” de la UE “equivale en el fondo a la Constitución europea“, dando nuevos argumentos a los que, en el Reino Unido, reclaman un referéndum. Este informe del [1] European Scrutiny Committee puede poner en dificultades al primer ministro, Gordon Brown, a pocos días del Consejo europeo de Lisboa, del 18 y 19 de octubre. Hasta ahora, Brown se ha mostrado contrario a la organización de un referéndum, afirmando que el nuevo Tratado no tiene las características de una Constitución. El comité parlamentario dice, en cambio, que “aquello que cuenta es si el nuevo Tratado tiene efectos equivalentes, en el fondo, al tratado constitucional” y que las cláusulas derogatorias o “líneas encarnadas“, que Brown esgrime como argumento contra un eventual referéndum, no son en realidad intocables. “Si se estudian las prácticas del Tribunal europeo de justicia“, ha dicho el presidente del comité parlamentario, “hay” que pensar que (las “líneas encarnadas”) serán cuestionadas poco a poco, y al final el Reino Unido se encontrará con un Tratado que tendrá que aplicar en su totalidad“. El partido conservador en la oposición, una parte de los laboristas y, sobre todo, la prensa euroescéptica reclaman el referéndum. En un reciente sondeo publicado por el Daily Telegraph, cerca de los 2/3 de los británicos serían partidarios de un referéndum sobre el nuevo Tratado. Se trata, quizás, de una cifra interesadamente exagerada. Pero la cuestión resta abierta: ¿habrá o no referéndum en el Reino Unido, ahora que Francia y Holanda ya han dicho que se limitarán a una votación parlamentaria? Europa: la canción del nunca acabar…