L’agost de 1934, Manuel Azaña viatjà a Catalunya i passà un parell de setmanes al balneari de Sant Hilari Sacalm, “para ‘catalanizarme’los riñones”, segons comentà als periodistes.
Vint anys després -després de tanta tragèdia-, la periodista Josefina Carabias visità amb una amiga el balneari. Era el novembre de 1954, en ple franquisme, “cuando el nombre de Azaña no se pronunciaba, y, si alguna vez se leía, era rodeado de adjectivos denigrantes”.
Trobaren el balneari desert: “Allí no había nadie más que una mujer que estaba al cuidado del manantial. Nos enseñó todo y se conoce que me oyó hablar de Azaña con mi amiga sin la acritud que era todavía costumbre, pero el caso fue que cuando nos ibamos a marchar, me llamó aparte”…
…”Me ha parecido oír que usted conoció al señor Azaña. – Sí, le conocí bastante. Era amigo mío. (…) —Mire. Éste es el vaso en el que él bebía el agua. Lo guardé como recuerdo. Nadie más bebió después en él ni beberá mientras yo esté aquí. —Usted por lo que veo, tiene buen recuerdo. – No lo puedo tener mejor. En esta tierra se le quería. (…) Pasado un momento, añadió: Ya sé que él se murió. Pero nadie me ha dado nunca razón de la señora. ¿Qué fue de ella? —Está en México. —Pues si tiene ocasión, mándele recuerdos de mi parte. Y dígale que aquí está el vaso. Bien guardado”…
“Parecerá una tontería”, concloïa Josefina Carabias, “pero fue entonces que tuve la sensación de que don Manuel Azaña no estaba enterrado del todo, de que más tarde o más pronto se hablaría de nuevo de él”.
Trobo que és molt significatiu, no únicament que Josefina Carabias acabés el seu llibre de records sobre Azaña (1) amb un epíleg que evoca aquell diàleg en terra catalana, sinó que Santos Julià fes exactament el mateix a l’hora de tancar la seva gran biografia del President (2); reproduínt també, paraula per paraula, aquella conversa de la periodista amb la mestressa del balneari.
Crec que aquestes evocacions del got d’Azaña a Sant Hilari -un petit símbol de liberalitat, respecte i empatia- ens diuen que, en la conclusió dels seus llibres, tant Josefina Carabias com Santos Juliá mostraren una mateixa intuïció: van concloure que la relació entre Espanya i Catalunya -la seva resolució-, era la clau de volta de la nostra vida democràtica comuna.
(1) Josefina Carabias, Azaña. Los que le llamábamos don Manuel, Seix Barral, Barcelona 2021.
(2)) Santos Juliá, Vida y tiempo de Manuel Azaña (1880-1940) , Taurus, Madrid 2008.